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lunes, 11 de julio de 2016

Estoy escribiendo una novela: Las cosas detrás del sol

Sinopsis

Christina, Samuel y Blas han sido amigos desde la infancia, pero el otoño se acerca y ninguno se siente preparado para las ráfagas de viento que anuncian un invierno duro. El recuerdo de un horizonte soleado en el fin del mundo, es lo único que parece calentar los corazones rotos y desprovistos de afecto, de estos tres jóvenes que desean con todo su ser alejarse de la realidad y fundirse otra vez en esa amistad que se vio bifurcada por el noviazgo de Samuel. Las letras nostálgicas de Chris nos narran esta novela de romance y drama, donde las hojas del árbol de serbal caen cada vez que alguien silencia su amor y vive el desamor.


Prólogo

Cuando me dijeron que era muy pequeña para entender ese amor que iba más allá de las caricias de mi madre antes de dormir, se alzó sobre nuestras tres cabezas un muro de hiedras y aprensiones. Durante mis primeros años de vida creí que así era. 

El amor era una experiencia que despertaría tras el pasar de las estaciones. Una sensación cálida que se deshojaba y descubría en un amanecer maravilloso como respuesta a lo que estamos dispuestos a vivir. Debo admitir que, para el inicio de mi adolescencia y el final de mi infancia, estaba muy entusiasmada con la idea de vivir y sentir más allá de lo conocido. Percibir el amor, se me hacía tan interesante que muchas veces pensé que la vida se escaparía antes de conseguirlo. 

Por indiferencia y falta de memoria, no sé determinar el punto en que comencé a vivir el amor. Quizás –tal cual dijo mi padre– fue con las caricias de mi madre en mi cabello, mientras descansaba sobre su regazo y observábamos las hojas de otoño descender por la ventana. Puedo remontar esa sensación a mis días escolares; cuando conocí a mis mejores amigos o sufrí por primera vez de un corazón roto. 

El amor se presentó en mi vida de manera tan difusa, que ni siquiera sospeché todas sus facetas, hasta después de haberlas experimentado. Tan ajenas al romance novelesco fueron que gran parte escapó de mi perspicacia, hasta ya haber penetrado en mi corazón. Ahora, observando desde lejos, me atrevo a decir que descubrí sus huellas a fines de abril. Todo siempre iniciaba en abril, para acabar con violencia en mayo. Blas, Samuel y yo lo sabíamos, los supimos cuando el padre del primero regresó a casa, lo supimos cuando no se fue. 

Saber que otoño era la peor época del año, era nuestro secreto. Nunca se lo decíamos a otros, pero siempre estábamos atentos a cualquier ráfaga de viento que nos indicara que todo saldría mal. 

Tengo certeza de que luego de ese abril, mi padre sólo deseaba cerrar la casa y fingir que nada nos haría daño. Ningún monstruo traspasaría la puerta mientras él opusiera resistencia.  Sé que el temor lo atacaría si leyera estas hojas que escribo buscando entender lo acontecido. El amor para él se transformó en el villano de un cuento, donde las vidas de sus hijas yacen en el peligro. Aunque el tiempo amagó los dolores de los amores no correspondidos, él y yo compartimos la misma opinión, a veces el desamor duele y a veces el dolor se disfraza de amor. Sus resguardos siempre son difíciles de respetar, débiles fueron en abril; estando enamorada de una brisa cálida y de un sol poderoso. Amor juvenil que estaba determinada a vivir, aunque estuviera en la peor época de nuestros años. No imaginé que el otoño del amor sería tan duro, pero sí supe que era un inevitable, cuando Samuel terminó con Mariela.

***
Hola, si has llegado hasta este punto y te ha gustado lo que has leído, pues quiero decirte que estoy escribiendo una novela que será subida en forma regular en wattpad, en ese link.  Me gustaría mucho saber sus opiniones y compartir con ustedes, todo será agradecido. Quiero algún día lograr ser una escritora profesional y cualquier lector que pueda ayudarme a construir ese camino será muy bueno.
 ¡Saludos!  

2 comentarios:

  1. He leído con atención este primer capítulo. Es una introducción que ambiciona bastante, escrita con atención y buen tono.

    Quizá sugeriría algunos detalles. La impresión general está diluida; hay muchos eventos que están sugeridos, esbozados, y que de seguro irás a desarrollar, pero que resultan confusos. Una imagen, como la de la madre que acaricia a la hija, es suficiente para una serie de pensamientos y reflexiones para comenzar; no se necesita más.
    Considero que instalar al lector en algún punto puede ser más provechoso. No sabemos dónde estamos, en qué punto del mapa, en qué ámbito de la vida de quien narra; quizá sería bueno generar que sea algo que nos ayude a situarnos, porque da casi la sensación de que llegamos o muy temprano o muy tarde a todo.
    Hay mucho "amor", es decir que la palabra, de tanto reiterarse, produce un "sonsonete". Podría ser menos, quizá sugerirla nada más.
    Bueno sería también no dar cabida a tantas líneas (el padre, los amigos, el amor, la infancia), al menos en un principio. Con uno puede darse una buena introducción, ya que un lector común no va a albergar más de dos o tres, o incluso, aunque pudiese, la intención podría perder fuerza.

    Espero haya podido aportar. No soy un experto, pero puede que en algo sirva.

    Saludos cordiales, y sigue escribiendo!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por comentar, me ha gustado mucho saber tu opinión, pues también compartía algunas de esas inquietudes que has mencionado y siempre es enriquecedor conocer la perspectiva de alguien más. Desde ya muchas gracias por darte el tiempo de leer y comentar. Saludos.

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